Bitácora del viajero del viento

jueves, julio 20, 2006

Ya tengo piso

Con este post quiero comenzar la segunda era de este blog. La era definitiva, y es que, señores, ha llegado la hora de mi estancia definitiva en los Estados Unidos.
Y aquí me encuentro, después de haber aterrizado en Chicago un 7 de julio. El primer momento en entrar en la oficina fue algo extraño, los compañeros de allá nunca podrían imaginarse el contraste que suponía el haber estado en plenos Sanfermines 15 horas antes.
En el hotel, me fui pronto a la cama porque estaba agotado de toda la semana preparando la mudanza y el viaje, y la sensación que tenía es que éste era uno más de mis viajes de trabajo a Chicago y que en cuestión de 8-10 días volvería a estar en España.
Los días me han ido acercando a la realidad, hay mucho que hacer en la oficina, y fuera de ella todavía más. Ordené mis prioridades, “necesito un piso”, prioridad máxima ya que la reserva del hotel era de una semana. Un pisito en la zona céntrica de Chicago, de una habitación, cerca del metro, cerca de la playa, que pueda ir andando al trabajo y que tenga vistas espectaculares. “De esos tiene que haber cientos, visto la cantidad de rascacielos de viviendas que hay por aquí” pensé. Cientos había, libres casi ninguno. “Hasta mediados de Agosto no tenemos pisos de una habitación libres” era la respuesta que me encontraba por todos los sitios. Vaya, pues lo de las vistas ni me lo planteo.
Me dediqué a buscar por los condominios dentro de la zona que todo el mundo me recomendaba. Esto de los condominios es una manera de invertir en vivienda. Un promotor construye todo un bloque (en muchos casos rascacielos) y dota al bloque con servicios comunes tipo gimnasio, mantenimiento de los pisos, portero 24 horas, sala de internet, lavandería, parking… Pone a la venta las viviendas y los propietarios las habitan o las dejan en alquiler. Dentro del propio edificio hay una agencia de leasing que controla el alquiler de todas aquellas viviendas no ocupadas por los propietarios. Por lo que yo veía un edificio que me gustaba y directamente iba a la agencia de leasing y preguntaba por un apartamento de una habitación para esa misma semana. Como la fecha de abandonar el hotel se iba acercando y no me ofrecían otra cosa que estudios (apartamentos de dos piezas, un baño y una cocina-salon-dormitorio) acabé encontrando un edificio que me aseguraba recolocarme en un apartamento mayor en el plazo de 30 días. “Bueno, por lo menos tengo un sitio donde quedarme”. Me dieron su página web y allí encontré otro de la misma compañía que me ofrecía lo mismo, pero los servicios de éste último eran mucho mejores.

Mi casa, el One Superior Plaza
Este es el rascacielos que me gustó. Vivo en el piso 51, el segundo por arriba. Se ve mi terraza.



Como ya tenía uno en la mano, me tiré de la moto: “Estoy buscando un piso lo más arriba posible y con vistas sur a la ciudad”. “Tenemos un pequeño estudio en el piso 51 que mira al sur, y si quiere uno mayor, el 6 de agosto le podemos recolocar en la misma planta en uno de una habitación”. Me enseñó el edificio… gimnasio enorme, sala de Internet, cafetería privada con tele plana, piscina con solarium, supermercado en la planta baja, parking… genial. Subimos al piso, y aunque era enano, las vistas eran INCREIBLES, de quitar el hipo. Además, lavadora y secadora (lo normal aquí es no tener lavadora) cocina y baños nuevos, balcón exterior privado (tampoco todos lo tienen). Y entraba en el presupuesto. “Me lo quedo”. Y aquí estoy escribiendo desde mi terracita, con la torre Sears mirándome a ver qué escribo de ella (todavía no le toca).


Vistas mediodía
Estas son las vistas, se ve todo el centro de la ciudad




Vistas ocaso
Al atardecer, se iluminan las primeras luces, y el panorama todavía mejora




Torre Sears
Así se ve la torre Sears



Realmente no fue tan sencillo. Fue difícil convencerles para que me dejaran firmar el contrato de lease. Un extranjero, sin numero de la seguridad social (en trámite), sin cuenta de banco ni historial de crédito que puedan comprobar, es un inquilino con gran potencial de impago. Tuve que reunirme tres veces con ellos (1 hora de distancia desde mi hotel) y hablar el lenguaje de la VISA porque no había manera. Todavía no he conseguido poner la electricidad a mi nombre, por los mismos motivos, cualquier día me cortan la luz. Gracias a que mi compañero de trabajo me ha dejado un enorme colchón inflable (american size) y me llevó a IKEA para que por lo menos pudiera tener cubiertos, sartenes y toalla de baño y puedo sobrevivir.


Mi salon-dormitorio
Esta es la cama inflable, enorme ¿no? Tiene un motorcito acoplado para un inflado automático.




El baño
Baño IKEA. El naranja está de moda.




Cocina
Y esta sería la cocina americana.



Ahora estoy viviendo con mis cajas (que no quiero deshacer hasta que no me mude en agosto de manera definitiva) a una hora del trabajo y sin crédito disponible en ninguna de mis dos Visas. Pero estoy feliz, tengo mi casita con vistas, puedo comer, puedo dormir, (a veces le robo Internet Wi-fi al vecino) y en cuanto llegue fin de mes y me liquiden los créditos, me liaré a comprar muebles y demás historias. Es cuestión de tiempo y todo el que ha llegado nuevo a un sitio empezando de cero se ha encontrado en una situación similar.
A ver si os animáis a venir, que el sitio promete. Diego y Guada son los primeros en visitarme (vienen la primera quincena de agosto). Espero que después de ver las fotos a más de uno le pique el gusanillo de venir y disfrutar de todo lo que esta ciudad ofrece.